Noche eterna

CAPITULO 2: VERDAD
Bien, ahora que la había encontrado, no sabía que narices debía de hacer.
Me dirigí hacia la misma con pasos vacilantes y lentos, no sabia como devia actuar.
Entre, y una campañilla resonó avisando mi llegada.
De la trastienda salió un hombre de unos treinta y tantos que me miraba perplejo.
-¿Cat?- me preguntó saliendo de su misma abstracción.
-¿Me conoce?-pregunté sorprendida, su mirada vagó a través de mi cuerpo como si quisiera corroborar algo.
-Tu… eras la hija de Ihan-Hel, pero no puede ser posible…-balbuceó- tu estabas muerta, viniste a informarme sobre lo del virus…
-¿Qué virus… de que me habla…?- dije exasperada- no entiendo nada.
-Del virus, no te acuerdas… por lo visto tu y un demonio…
-¿Un demonio…?- le atajé.
-Si, uno muy joven, de aspecto de adolescente desaliñado… ¿Cómo se llamaba…?
-Angelo- dije esperanzada.
-Si, me parece que su nombre era algo asi…Se quedó muy desolado, desde tu muerte…
-Que no estoy muerta- proteste.
-Puede que no lo estés ahora, pero alguna vez lo estuviste, concretamente desde hace 16 años…
-Esta loco- le reproche.
-Yo creo que no-dijo seguro de si mismo- nunca has tenido la sensación de que ya has pasado por una situación, o extraños sueños sobre cosas que supuestamente no conoces… o simplemente un deja vu.
No le contesté, el simplemente tomó mi gesto como una afirmación.
-Hace 16 años viniste aquí queriendo vengar la muerte de tu padre, no te quise ayudar… poco después falleciste y te quedaste ligada a un demonio de nombre Angelo, descubriste que tu madre no era humana, que simplemente era una diablesa despechada la qué mató a tu padre, también averiguaste que los demonios planean crear un virus para matar a los humanos, y que vosotros, los hijos directos seréis inmunes… de ahí tu muerte….
Le miré como si hubiera perdido un tornillo.
-Reencarnación- fue lo único que atinó a responder.
-No puede ser posible, la reencarnación, únicamente se da en los casos de que la persona tuviera relevancia en algo muy gordo… que fuera necesaria una segunda oportunidad…
-Desde hace siglos, jamás había ocurrido- afirmó al ángel con reahuyenté afirmación.
Me negué a responder.
-Eres la elegida…
Este tipo esta chalado… será mejor que me despida.
-Bueno… de todos modos muchas gracias señor…
-…Jeiazel-Dijo como si quisiera pedirme un autógrafo.
-Adios- mustié intentando salir de ahí lo más lejos posible.
-Adiós, Cat, para lo que quieras aquí me tienes…
Su voz se perdió por el camino, ya que, salí literalmente escopeteada de la librería.
No podia ser posible, me reproche mentalmente… ¿Oh si…?
-Mierda-me quejé.
Tenía la mente llena de las bobadas que acababa de decirme el librero…
Eran las 12 de la noche, y no podía pegar ojo.
Asi que… me vestí y empecé a vagabundear por las inmensas calles de Madrid, la verdad es que, por la noche en verano había bastante ambiente.
En ese momento vi a un demonio acercarse a mí con aspecto inquisitivo mientras alzaba su espada en un gesto amenazante.